Trabajos y Comunicaciones, 2da. Época, Nº 41, marzo 2015. ISSN 2346-8971
Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Departamento de Historia

 

OBITUARIO/OBITUARY

 

Recordando a Tulio Halperín Donghi

 

Ricardo A. Rivas

Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Universidad Nacional de La Plata
Argentina
rivas1492@yahoo.com

 

Cita sugerida: Rivas, R. (2015). Recordando a Tulio Halperín Donghi. Trabajos y Comunicaciones (41). Recuperado de: http://www.trabajosycomunicaciones.fahce.unlp.edu.ar/article/view/TyC2015n41a01

 

El 14 de noviembre de 2014 murió en Estados Unidos Tulio Halperin Donghi, sin duda el historiador argentino contemporáneo más reconocido en ámbitos académicos y culturales en general. Había nacido en Buenos Aires el 27 de octubre de 1926 en un hogar de culta clase media. Cursó estudios en la Universidad de Buenos Aires graduándose de abogado en 1952, de Profesor en Historia en 1954 y Doctor en Filosofía en 1955. Realizó estudios especiales en Gran Bretaña y en Francia, desempeñándose como docente en universidades argentinas y extranjeras, y de manera permanente desde 1971 en la Universidad de California, Estados Unidos.

Pensar en pocas líneas a Tulio Halperin Donghi es tarea ímproba si lo que se intenta es abarcar analíticamente su obra total, comentar el largo trayecto recorrido como maestro de varias generaciones, contextuar su producción en términos político-ideológicos o vanamente tratar de evitar omisiones inconcusas que el buen observador advertiría sin detenerse demasiado.

Contrariamente, solo se pretende con estas líneas recordar a un brillante intelectual cuya obra jalona una etapa de la historiografía argentina a la que esta Revista no es ajena, pues como publicación de la Carrera de Historia fue incluyente de las más diversas corrientes o modos de analizar el pasado, tales como las llamadas “historia académica” y la “historia social”, con predominio de una u otra, según los tiempos y con prestigiosos historiadores de distinta generación como Enrique M. Barba y José Panettieri.

Trabajos y Comunicaciones se publicó secuencialmente entre 1949 y 1973 y un número aislado en 1978, data que ayuda a comprender el predominio de una corriente historiográfica con mayor anclaje institucional en detrimento de una emergente historia social que, aunque preexistente, competía con alguna desventaja.

Un nuevo equilibrio se gestó al reiniciarse la edición de la Revista en su Segunda Época en 1996 y desde entonces Tulio Halperin Donghi integró el Comité Honorario, participación generosa aneja a otros aportes al Departamento de Historia y en general a esta Facultad en diversos momentos de su trayectoria intelectual.

La historia social en nuestro país se difundió como corriente renovadora a partir de comienzos de los sesenta, diversificándose su ámbito de desarrollo por acontecimientos políticos que los situaron en los márgenes institucionales, en la clandestinidad o en el exilio, sin detener su avance que preanunció el mayor impulso a partir del retorno democrático en 1983.

El aporte halperiniano es unánimemente reconocido como tal, más allá de las disensiones que se generen desde diversas matrices conceptuales, incluidas también las más próximas, pero todas efectuadas con la benevolencia propia de quienes distinguen la estatura intelectual del destinatario.

Su obra escrita, sus brillantes alocuciones, la severa crítica de mentor e incluso sus ironías como tropos, coadyuvaron a la formación de muchos historiadores de varias generaciones. La intrincada redacción respaldada por la genial perspicacia analítica que fastidió a más de un estudiante o a un joven docente fue no obstante, la lectura casi imprescindible de quienes pretendían iniciarse en el oficio de historiador. En efecto, en el umbral de la década de 1970 dos obras de Halperin Donghi se asumieron rápidamente como clásicas y de lectura ineludible para el especialista, Historia contemporánea de América Latina (1967) y Revolución y guerra: afirmación de una élite dirigente en la Argentina criolla (1972), las cuales siendo receptoras de corrientes innovadoras contribuían al conocimiento histórico desde una perspectiva propia, siendo imprescindible su relectura al igual que otras obras de su autoría.

La influencia de corrientes historiográficas como las difundidas por Past and Present o por Annales en esos años era asimilada por quienes demandaban una renovación de la historiografía argentina que ya por entonces contaba con importantes autores, incluyendo distintas vertientes de la historia social como las generadas desde el marxismo por nuevos trabajos como los aportados por Alberto J. Pla, egresado de nuestra Carrera de Historia al igual que José Luis Romero, uno de los primeros impulsores de la historia social en Argentina y en alguna medida mentor de Halperin Donghi.

Lo novedoso de las obras de Halperín Donghi mencionadas es que además de importantes contribuciones al conocimiento del pasado, resultaron ser lecturas infaltables en asignaturas universitarias de las ciencias sociales, pertenecer al soporte bibliográfico del contexto de investigaciones afines o integrar el corpus de textos de lectores críticos.

Su cuantiosa producción científica y literaria que incluso, aunque de manera aislada, bordea el género autobiográfico sin serlo estrictamente, permite interrogar al pasado argentino con una perspectiva abarcadora sobre la cual se puede disentir pero no ignorar. Desde El pensamiento de Echeverría (1951) a El enigma Belgrano: Un héroe para nuestro tiempo (2014) Tulio Halperin Donghi dio muestra de ser el historiador argentino de los últimos cuarenta años de mayor impacto intelectual, comparable probablemente dentro de la disciplina a José Luis Romero y en otros aspectos con Jorge Luis Borges. A ambos lo aproxima una singular genialidad creativa y con éste último, una afinidad valorativa hacia el peronismo, enunciada con sus respectivos fundamentos eruditos o desde la ironía más ocurrente. Convicciones sin duda polémicas y poco populares, pero aceptable entre la mayoría docta y con alguna eventual condescendencia permisiva del resto de la comunidad intelectual, excepto entre discrepantes más convencidos.

En realidad toda su obra fue convocante para el debate y culminó su fecunda producción historiográfica de manera realmente provocadora al plantearse desmitificar al prócer que por antonomasia constituye un monumento simbólico de la argentinidad. La referencia es a su investigación póstuma sobre Belgrano que, pese a la distancia que la separa de otras obras más elaboradas, ha dejado abierto un tema de combate político-ideológico de trascendencia para la actualidad y la posteridad.

Murió Tulio Halperín Donghi y deja su obra y los recuerdos de quienes lo conocieron. Será desde ahora objeto de estudio sin la interferencia del sujeto y los historiadores de la historia que abordaron investigaciones sobre su obra encontrarán nuevos enigmas y sin duda, se generarán nuevas polémicas.

Durante años muchos esperábamos ansiosamente su publicación más reciente para leerla las veces que fuera necesario, discutirla y si correspondía, transferirla a nuestros alumnos. Algunos no encontraban discrepancia significativa, otros lo rebatían en voz baja y algunos confrontaban, pero muy pocos la evitaban. Un sentimiento colectivo es que todos lo vamos a extrañar.

 

Recibido: 10/03/15
Aceptado: 25/03/15
Publicado: 01/03/15

 

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